[vc_row][vc_column][vc_text_separator title=»ASESORAMIENTO» i_icon_fontawesome=»fa fa-users» i_color=»juicy_pink» i_size=»lg» color=»juicy_pink» style=»shadow» add_icon=»true»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»2/3″][vc_column_text]
Teniendo en cuenta que a nuestra asociación, habitualmente se acude una vez que el afectado de cáncer de laringe ha sido dado de alta en el centro hospitalario, y después de haberle sido practicada una laringectomía, nuestra primera misión es ofrecerle apoyo moral, pues el afectado ha perdido el olfato, tiene dificultades al respirar, ya que de por vida debe hacerlo a través del estoma que se le practica en el cuello, pero quizá lo más importante, ¡SE HA QUEDADO MUDO!
El primer paso, debe ser enseñarle a respirar y conseguir que el aire llegue hasta la zona diafragmática.
Posteriormente comienza el proceso de aprendizaje de la que llamamos voz esofágica (único recurso para poder comunicarse con los demás).
El tiempo de este aprendizaje no puede ser establecido de antemano, pues depende de la situación de cada uno, sus circunstancias personales, su capacidad de sacrificio, apoyo familiar.
En condiciones normales, el periodo en que se comienza a poder comunicarse y hacerse comprender, puede oscilar entre los dos y tres meses, pero el proceso hasta la completa rehabilitación, es mucho más largo.
Teniendo en cuenta las limitaciones de que hemos hablado, el Laringectomizados necesita espacios “libres de humos”, para lo cual en nuestro domicilio social, se le ofrecen medios donde relacionarse, bien a través de la pequeña biblioteca de que se dispone, o con juegos de mesa, y por supuesto cualquier otra actividad o iniciativa.
En este momento, el número de socios es de 120, entre los que están laringectomizados, familiares, amigos, y colaboradores con nuestros objetivos.
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